30 abril 2007

MANIFIESTO 1º MAYO

Un año más, el día 1º de Mayo representa para la mayoría de la población en la sociedad española un festivo más en el calendario laboral (con la particularidad de que este año muchos hacen “puente”).
Poco más de un siglo ha pasado desde los incidentes de la huelga general del Primero de Mayo de 1886 en Estados Unidos, donde sólo en la ciudad de Chicago la huelga fue secundada nada menos que por 50.000 obreros, los cuales fueron sometidos a una represión desmedida por parte de las autoridades. Poco después, fue el movimiento anarquista que, en respuesta a esta actuación policial desproporcionada, convocó a unos 15.000 manifestantes en la misma ciudad. Como era de esperar, la policía, al terminar la manifestación, comenzó a cargar en contra de los manifestantes, deteniendo a ocho de ellos (oradores y propagandistas que habían participado en las huelgas), que fueron condenados a muerte y cadena perpetua sin prueba alguna de su culpabilidad y de forma totalmente arbitraria (años después una exhaustiva investigación demostraba la inocencia de todos ellos).
Así en el transcurso de la historia, los distintos gobiernos del primer mundo se han encargado de que, una vez más, estos episodios sangrientos hayan quedado en el olvido, pasando a ser, el 1 de Mayo, una fiesta y no un día para la participación, el análisis y la reivindicación de nuestros derechos como trabajadores.
Debemos tener en cuenta que derechos laborales que hoy consideramos básicos y que nos parece que siempre se disfrutaron así, son el fruto de la lucha anterior de muchos trabajadores que vivieron y murieron, en muchos casos, por lograr el bien común de la clase obrera. Nos referimos a estos compañeros mártires por reivindicar su derecho a la jornada laboral de 8 horas, que hoy está contemplada en nuestro Estatuto de los Trabajadores.
La primera vez que se celebró el Primero de Mayo en el Estado español, fue en el año 1890. Mientras los socialistas deseaban una jornada de lucha y reivindicación a través de los cauces legales, los anarquistas pretendían aprovechar para poner en práctica su temido instrumento de lucha : la huelga general.. En la manifestación de Madrid predominó el criterio socialista, y la celebración del Primero de Mayo no pasó de ser un mitin y una concentración pacífica de trabajadores.
Barcelona, en cambio, ciudad de gran tradición anarquista, vio como el paro era generalizado desde la mañana. El paro tenía como cometido forzar la reducción de la jornada de una vez. Al día siguiente, cuando los obreros no habían aún regresado a las fábricas, el gobierno decretó el Estado de Guerra. El día 12 de mayo los trabajadores regresaban a sus puestos después de que la jornada hubiera sido reducida en algunos sectores. Comenzaba entonces la represión de los periódicos que habían apoyado y divulgado abiertamente la postura anarquista de la huelga general.
Todos estos hechos históricos, han quedado también en el olvido.
La monarquía parlamentaria actual ha engendrado un sistema de organización sindical responsable de que los trabajadores/as de este país, reforma tras reforma, cada vez veamos más mermados nuestros derechos. El trabajador se ha acostumbrado a delegar sus obligaciones de lucha por sus derechos, por medio de su voto, en delegados sindicales y comités de empresa.
Los sindicatos mayoritarios se ocupan de los grandes pactos sociales y de la negociación de grandes convenios, en los cuales nosotros solo somos cifras y datos estadísticos. ¡Que importa que sea necesario sacrificar algún que otro puesto de trabajo para conseguir grandes acuerdos!. ¡Lo sentimos, son efectos colaterales!!!!! ...
Para ellos el hecho de que cada vez sea más fácil y barato despedir a un trabajador, no tiene la más mínima importancia. No cuentan los jornaleros, los inmigrantes, las mujeres, la gente joven, ... y tantos y tantos colectivos que al final conformamos la gran mayoría de la población trabajadora de este país.
Se le pone a uno/a la mala leche a flor de piel cada vez que vemos en nuestros trabajos que los sindicatos nada mas aparecen para pedir el voto en las elecciones sindicales, y después que? Te despiden, no te indemnizan lo que te corresponde y encima no tienes dinero para demandar a tu empresa aún sabiendo que están vulnerando tus derechos. Por que los sindicatos mayoritarios y democráticos no están para solucionar esas nimiedades. ¿Entonces para que están?
Compañeros, hay que coger el toro por los cuernos o nadie va a hacer el esfuerzo por nosotros, y el resultado será que el único derecho que nos quedará será el derecho al “pataleo”. Debemos unirnos en nuestros trabajos y dejar atrás ese individualismo que esta sociedad tanto se molesta en fomentar.
Por un 1º de Mayo libertario y solidario con nuestros compañeros/as obreros.